Datos personales

Mi foto
Tu lees porque piensas que te escribo... Eso es entendible. Yo escribo porque pienso que me lees... Y eso es algo terrible.

29 diciembre 2006

CARTAS QUE NUNCA...(4)

Posted by Picasa Por fin estoy en la ciudad perfecta para no recordarte, nadie me conoce, nadie me pregunta por ti, jamás vinimos a esta ciudad juntos. Ni siquiera hablamos nunca de venir aquí, y por supuesto... ya nunca vendremos juntos a esta ciudad.
Esta ciudad esta llena de puentes. De puentes y de Solariums que abren las veinticuatro horas del día. No me preguntes porque. No se quien demonios va a tomar el sol a las cuatro de la mañana, pero aquí es así.Budapest es algo caótica y solo se alimentan de sopas, pero no me importa. Lo de que sea caótica, claro. Lo de las sopas lo llevo fatal. Ya sabes como odio los líquidos calientes.
Poco a poco voy haciendo esfuerzos por orientarme y combinar los varios y enrevesados medios de transporte públicos (Metro, tranvía, autobús, Mini bus, y no se cuantos mas). Ya los he probado todos. Todos menos taxis. No quiero tomar taxis, odio los taxis de todas las ciudades, son o demasiado antipáticos o lo que es peor demasiado simpáticos y habladores.No quiero hablar con nadie. No quiero hablar de ti.
Mí tiempo libre lo dedico a vagar por los diversos mercadillos que hay aquí, sin la más mínima intención de comprar nada. Tan solo me dedico a observar la cantidad de cosas inútiles y viejas de las que están llenos. Me reconforta darme cuenta que no soy lo único inútil que hay en este mundo.Cuando los mercados cierran, suelo coger autobuses sin saber a donde van y mientras observo la ciudad por las ventanillas como si cada paisaje que dejo atrás fuesen viejos recuerdos a olvidar, espero a llegar a la última estación. Entonces allá donde sea; bajo y busco un bar.
Los bares son un sitio mucho mas propicio para olvidar que un autobus.
Hoy he encontrado un bar curioso, un lugar que conserva la estetica de cuando el comunismo reinaba este país.Una cueva oscura llena de símbolos decadentes. Justo el tipo de bar que prefiero.
Como imaginaba, es un local plenamente masculino, lleno de hombres calvos que parecen marineros recién desembarcados, lo cual en este país carente de mar, es cuando menos, sorprendente.
Como debe ser en un tugurio de estos, también parece que hay un par de prostitutas en busca de “marineros”.En Hungría la prostitución esta al orden del día. Vayas donde vayas encuentras mujeres de este tipo intentando sobrevivir con los pocos medios que tienen. Así que más de lo mismo aquí, no me sorprende ni lo más mínimo. Lo que si me sorprende es la oferta que una de ellas me hace en un mediocre ingles; Me dice que a cambio de unos pocos florines puede darme amor. Espero que me perdones pero, como imaginaras, he aceptado, ¡Estoy tan necesitado de ello!.
Me ha cogido de la mano y me ha llevado a un apartado donde me dado cuenta, como también habrás imaginado, que era mentira.Lo único que me ofrecía esta mujer, a cambio de mi dinero, era sexo. La mujer ha empezado a farfullar en húngaro cuando he declinado su oferta. Parecía indignadísima.No entiendo muy bien porque, ya que no le he pedido que me devuelva el dinero que la di por adelantado, y tampoco ella ha hecho ningún ademán de devolvérmelo.Mientras me alejo la sigo oyendo insultarme en húngaro. No la recrimino. Yo también me insulto. Soy un iluso que todavía me sigo dejando engañar por todo tipo de publicidad engañosa. Y también un cretino y un mojigato, porque ya que he pagado por unos servicios, podría haber hecho uso de ellos aunque no fuesen los esperados.
Al final me voy sin amor, célibe, y lo que es peor; No he podio beber ni un solo trago. Y eso hace justo el efecto contrario de lo que deseo; Eso hace que me acuerde aún más de ti.
En medio de todos esto pensamientos, no has dejado de aparecer…
Y me doy cuenta que en esta ciudad va a resultar tan difícil como en cualquier otra…el dejar de recordarte

24 diciembre 2006

CARTAS QUE NUNCA...(3)


Llueve. En realidad no es que llueva, porque que si miras al cielo no ves que caiga ni una sola gota, pero el resultado es el mismo; Me estoy mojando. Estoy rodeado por esa especie de niebla densa de Londres que acaba calandote antes de que te hayas dado cuenta.
Son las siete de la mañana. Estoy despierto desde hace dos horas. He vuelto a soñar con ardillas. Ya sabes que fobia le tengo a esas ratas que viven a los árboles. Me produce escalofríos solo el pensar en ellas. Pero hoy me ha pasado algo extraño. No me he levantado en sudores, ni sobresaltado, como tantas veces me viste despertar cuando soñaba con ellas.
Hoy ha sido distinto, al despertar me he sorprendido con una media sonrisa en mis labios. Esta vez el sueño ha sido diferente, las ardillas no parecían siniestros roedores de ojos rojos como de costumbre. Esta vez se parecían mas a las de los dibujos, a esas ardillas traviesas que andaban siempre metiéndose en líos.
Sobre todo se parecían a la ardilla medio tonta, a la que siempre se le caían las bellotas de la mano. La que tenia los dientes separados, ojos bizcos y nariz roja. ¿La recuerdas? No puedo evitar sonreír cuando pienso en ella.
No entiendo muy bien que me pasa. Pero he salido de casa directo a la tienda del paquistaní y le he comprado una bolsa de cacahuetes. No he encontrado bellotas. Espero que las ardillas también coman cacahuetes. Igual ni siquiera comen bellotas, igual solo es así en los dibujos.
La cosa es que he decidido aplazar mi viaje a Brigthon de esta tarde y me voy a ir a Hyde Park a darle de comer a las ardillas.
Se me ha ocurrido la estupidez de que quizá ha cambiado algo dentro de mí, que quizá si consigo quitarme el miedo a las ardillas… igual también soy capaz de olvidarte.
Aunque también se que eso va a ser prácticamente imposible….
¡Ya sabes cuanto odio a esos bichos!