Datos personales

Mi foto
Tu lees porque piensas que te escribo... Eso es entendible. Yo escribo porque pienso que me lees... Y eso es algo terrible.

12 septiembre 2015

HISTORIAS QUE NUNCA... (23)

TALENTO


Siempre he sabido que todo el mundo tiene un talento, algo que se le da mejor que el resto de las cosas, algo con lo que destaca sobre los demás. Da igual para que sea, o si es grande o pequeño, pero todos, todos tenemos uno.
En ella no fue difícil encontrar ese talento, nada más verla la imagine sin dificultad con forma de cisne sobre un escenario, su andar era como quien tiene cuidado de no hacer ruido al llegar tarde a casa de sus padres, me pareció que sus extremidades se movían a cámara lenta y de forma extremadamente grácil. Estaba claro que poseía un verdadero talento para bailar.

Soy una persona muy observadora y me es bastante fácil percibir este tipo de cosas, no es que sea mi principal talento, pero se me da bastante  bien.
Mitad curiosidad y mitad ego por descubrir si tenía razón, indagué sobre su persona. No me equivocaba, bastó solo una muestra para ver que esa chica había nacido para ser bailarina. Cuando la vi bailar, pude apreciar que lo hacía naturalmente, sin aparente esfuerzo, como se hacen todas las cosas que amas de verdad.

En el empeño del descubrimiento fui arrollado, sin querer, por sus demás virtudes. Caí preso de la admiración como una polilla ante una bombilla.  No podía dejar de mirarla. Conocerla fue inevitable. Hablar con ella; embriagante. Nunca he podido evitar admirar sobre manera cualquier virtud que yo no poseo. Y ella, ella las poseía casi todas; paciente, risueña, bella, sentimental, coordinada, activa, idealista, pausada, romántica, joven… muy joven. ¿Cómo conseguir no caer rendido ante alguien que tiene todo lo que a ti te gustaría tener?

Da igual lo dura que sea la coraza que lleves, da igual el material con que este hecha, juntas todas esas cualidades, construyen "un arma" capaz de atravesar el mas duro de los metales como si fuera cartón. Toda mi experiencia, mi endurecido corazón y todos esos trucos, que uno aprende a través de los años para evitar que le hagan daño, de nada sirvieron... En apenas dos semanas caí rendido a sus “trabajados” pies. Algo realmente extraño en mi, no es que ser fuerte y frío sea mi principal talento, pero es algo que suelo conseguir.

De piel negra y pálida, siempre comiendo y cada vez más delgada, sonriente por fuera y triste por dentro, de pies feos siempre al descubierto y pelo bonito siempre recogido,llena de ilusiones y miedos y  requiriendo amor sin darlo, esta reina de las contradicciones a mí se me antojaba algo así como perfecta. Tanto, que quise enseñarle todo de golpe; todo lo que soy, pero también, desacertadamente, todo lo que no soy. Le mostré solo alguna de mis virtudes pero puse verdadero empeño en mostrarle todos mis defectos, le puse a la vista todas las posibles dificultades, alimenté sus miedos para ver hasta donde llegaban, quise descubrir de inmediato si todo lo que sentíamos podría aguantar el paso del tiempo, y si era "eso", eso que llaman amor.  Acelere los tiempos todo lo que pude en mi voluntad de que todo fuera real cuanto antes, corrí como si no hubiera un mañana, quise tener hoy lo que tantos días cuesta conseguir.

Toda la madera del mundo me parecía poca para esa caldera, tanta que al final pasó lo inevitable... El fuego que tanto buscaba, terminó sofocado por el exceso de combustible. Y lo peor es que cuando eso pasó, a mi aun me quedó la sensación de que me quedaba aun mucho más por dar.


Puede que sea vértigo, miedo a sufrir o quizás a ser feliz ¡Que se yo! Pero lo que si está claro, es que de una manera u otra, por falta o por exceso, queriendo o sin querer... mi principal talento es el de que siempre termino arruinándolo todo.


By
    NeNe

28 junio 2015

HISTORIAS QUE NUNCA...(22)

ENTRELAZAMIENTO

Pienso en vos, cada vez más linda, cada vez más fuerte, cada vez más completa, cada vez mejor, pienso en vos cada vez más cerca.

Puede que esto te suene extraño, pero resulta que da igual la distancia que haya ahora entre nosotros, unos pocos kilómetros o varios años luz… En realidad no estamos nunca separados. Y eso es así porque tú y yo estamos "entrelazados".
No te confundas, no estoy apelando a la poesía, ni siquiera al romanticismo, es pura ciencia, es física cuántica. 
Esta nueva rama de la física dice que cualquier cosa que haga este donde este, te afecta de algún modo y todo lo que tú haces también me afecta a mi.

El Entrelazamiento es un extraño fenómeno cuántico en el cual distintos objetos comparten la misma existencia con independencia de la distancia que los separe. (El entrelazamiento no se disipa al aumentar la distancia)

Quizás esto te pueda explicar de alguna manera  que algunos días sientas ese súbito escalofrío sin motivo, o aparezca esa sonrisa espontánea al mirarte al espejo, o te venga de repente un suspiro inesperado… Quizás sean los mismos  días en los que yo respectivamente te imagino a mi lado o pienso en tu risa. o no puedo evitar  lanzar un profundo suspiro pensando en todo lo que podríamos ser.
Ahora que se esto, quiero dejar de escribirte,  tumbarme de lado en la cama y recorrer con mis dedos un espacio vacío como si acariciara tu espalda.  Acariciarte con la esperanza de que tú, haya donde te encuentres, de alguna forma cuántica sientas mis manos sobre tu piel
Quiero creer que todas veces que  me pareció percibir tu mirada significaba que de alguna manera, me estabas mirando, que esas veces que me desperté de un sueño sintiendo aun tus labios, en realidad es que me estabas besando.
Esta teoría defiende que al estar imaginándote a mi lado, tú cada vez estas más cerca de mí. y yo de ti, y que con ello nos fundimos y nos entrelazamos y ya nunca más somos dos, sino uno.

“Así, las partículas entrelazadas transcienden el espacio. Los dos o más entes entrelazados son realmente partes de un sistema, y éste no es afectado por la distancia física entre sus componentes. El sistema actúa como un ente único.”

No creas que me engaño, se  bien que me agarro a una opción conveniente, que puede que esto no sea más que una manera de consolarme porque no estas, que me agarro a ello porque me doy cuenta de que no podré tenerte más.  
Pero también puede que todos estos descubrimientos sean una realidad. Y si esta verdad puede llevarme a tu lado, voy a agarrarme a esta mínima posibilidad como si fuera la única verdad que existiera.

Einstein dijo: “Que si la mecánica cuántica fuera cierta el mundo estaría loco

No se me ocurriría contradecir a Einstein, es más albergo la esperanza de que Einstein no se equivoque. Porque si no lo hace, todo cuadraría… Ya que, de lo que estoy completamente seguro, es que yo estoy absolutamente loco por ti.

By 
     Nene


24 junio 2014

HISTORIAS QUE NUNCA...(21)

LA SONRISA

Poco a poco, los pómulos se alzan, los ojos se achinan ligeramente, unas leves arrugas se dibujan en
ambas comisuras de la boca y entonces, ¡entonces sonríes!
En ese momento siento como si todo mí alrededor se ralentizase, igual que en una de esa peliculas de Sam Peckpinpah que tanto me gustaban de niño. No puedo evitar que mis ojos se claven en tu rostro. Da igual cuanta gente haya, no veo a nadie más, no importa nada más. De hecho estoy tan abstraido que podría descarrilar el tren en el que nos encontramos y aun así yo no podría apartar la mirada de tu sonrisa.

Tengo la extraña sensación  de como si este instante fuera a cambiar toda mi vida.  Fijo uno a uno,  por pequeños que sean, cada  uno de los detalles en mi cerebro; tus labios rosados increíblemente definidos parecen dibujados por un escultor consciente de que va a ser recordado por esta obra maestra, llego a contar hasta ciento trece pequeños pliegues en tu labio inferior, bajo ellos una pequeña cicatriz parece querer convertir en terrenal lo celestial pero, al menos a mis ojos, ese intento carece totalmente de éxito,  tus dientes parecen confirmar mi impresión, ni rasgo de la mínima imperfección.

Aun a cámara lenta no puedo evitar que el instante poco a poco se vaya extinguiendo como si de una cerilla se tratase. Eso impide que grabe en mi mente más detalles que me gustaría haberme llevado conmigo para siempre. Tras la sonrisa te alejas y contigo la figura delgada por la que sin duda renunciaría para siempre a cualquier otro tipo de forma. Tu pelo canela, largo y liso, me dice adiós y toda mi ilusión del momento se esfuma en un instante. Las puertas se abren y se cierran y  tú, simplemente, desapareces.

No sé quién eres, tan solo estabas sentada frente a mí en el vagón.  Mirabas constantemente tu móvil y, sin el menor atisbo de duda,  el motivo de tu sonrisa era un mensaje recibido de “el”.
Una vez que ya no estas, y a pesar de la tremenda envidia que me provoca no ser yo quien provoca esa sonrisa, no puedo evitar que mis labios pronuncien un estúpido “gracias” en voz alta. Es un gracias para “él”. Gracias por haber hecho que yo pueda presenciar esta escena, por haber podido disfrutar de esa sonrisa que no voy a olvidar, una sonrisa unica que a pesar de haberla provocado él, al contrario que yo, no puede nada más que imaginársela.

Bien pensado no sería de extrañar que, en ese momento, también él estuviera envidándome a mí.

By
     Nene

23 junio 2014

HISTORIAS QUE NUNCA...(20)

EL ESCRITOR

No sé si escribir me convierte en escritor, nunca me han gustado las etiquetas. Imagino que la diferencia está en si es tu trabajo, en si recibes dinero a cambio de escribir. Yo, la verdad, no escribo por dinero.
Escribo porque no fui capaz de aprobar el examen para piloto, porque pensé que sería una buena excusa, porque el trabajo que tengo es una mierda, porque aqui todo vale, porque de alguna manera he de sacar el odio que llevo dentro, porque no puedo ganarle a trompadas al fuerte, ni ella me va a mirar con el guapo delante, porque quizá algún día un editor me descubra y me haga rico y famoso, porque si el farsante de Coelho puede hacerlo yo también debería poder, porque sé que a ella le gusta leer aunque sepa bien que no me lee, porqué aun me duele algo perdido y lo que busco ya no puede ser ella, porque a veces creo que merezco ser castigado por su recuerdo y otras que esta es la única manera de olvidar.

Escribo porque estoy solo, porque espero que todo cambie, porque quiero una oportunidad más, porque jamás entendí los números y alguien dijo alguna vez que las letras no se me daban mal,  porque ya no puedo perseguir un balón tan rápido como lo hacía,  porque puedo escribir lo que me da la gana ya que gracias a Dios nadie me lee, porque no hace falta hacerlo bien para conseguir algún halago, porque apenas creo en nada, porque así puedo ser otro o yo mismo sin que nadie pueda apreciar la diferencia,  porque soy un egoísta de mierda, porque es mucho más fácil escribir que actuar y  aún más fácil dedicarse solo a observar.

Escribo porque quiero creer que soy mejor de lo que soy, aunque luego me dé cuenta que no valgo mucho más que estas letras que aquí escribo, porque ni tan siquiera me creo eso y  no puedo ser el maldito romántico perdedor que me gustaría ser, porque que soy una suma de traiciones y contradicciones y me avergüenzo cada vez que gano, porque no soy capaz de beber todas las noches ni follarme a la primera gorda que se me pase por delante,  porque me gustaría ser como Bukowsky pero Dios me libre de serlo.

Escribo para dejar de mentir, para poder soportar mejor el reflejo del espejo, para pensar que tengo algo de talento, para decirle “que os jodan” a todos los mierdas de este mundo, para sentir cosas que no soy capaz de sentir, para vomitar todo lo que está mal y lo que está bien también, para parecer romántico sin serlo, para enamorarme,  para decir todas esas cosas que no me atrevo a decir, para desnudarme,  para disfrazarme, para salir impune, para que alguien lea algo más que “Los pilares de la tierra” de Ken Follet, para decirle a esa chica que ya tengo amigos suficientes y que lo único que quiero es hundirle la cara en la almohada, para no tener que oír más noes, para tener un final feliz de esos en los que no creo, para que me quieran,  para verla todos los días.

Escribo porque no soy el guapo alto que no le hace falta mas que sonreir, ni el malo fuerte que te saca a golpes lo que quiere, ni el rico poderoso que puede comprarte, ni tan siquiera soy el simpático gracioso que te hace reir... y a pesar que no soy ninguna de esas cosas que uno quiere ser,  no quiero rendirme.
Pero sobre todo escribo para que un día, un día cualquiera, ella me lea y piense: "Creo que debería coger el teléfono y llamarle".

La lastima es que escribir sirve para muchas cosas, pero para nada de lo que uno quiere.

By
   Nene

01 septiembre 2013

HISTORIAS QUE NUNCA...(19)

LINA

Lina mira a través del cristal de la cafetería donde suele pasar las tardes. Desde donde está sentada puede ver la terraza, está intentando escribir algo en su ordenador, pero hoy las distracciones no la dejan concentrarse: Gente que pasa, un mensaje que aparece en su teléfono. Una sonrisa cómplice asoma a su rostro. Bebe de su cerveza. Ya responderá luego. Comprueba  la hora. Mordisquea ligeramente sus  dedos. Navega sin rumbo por internet. Un sorbo más a su cerveza…
Lina no suele distraerse fácilmente cuando se ocupa de una tarea, de hecho suele ser  algo obsesiva e impaciente con sus pasiones. A veces se siente como una montaña a la que el tiempo y su paso apenas pueden afectar. Y con esa creencia, se pone a escribir, correr, tocar la guitarra,  o a cualquier otra cosa que le apasione, dejando que se le escurran las horas como arena entre las manos. Igual por eso mismo le cuesta empezar las cosas, por el hecho de que una vez empezadas su determinación no le permite dejarlas hasta que estén terminadas. Pero hoy no, hoy simplemente, no consigue concentrarse. Demasiado lejos de casa,  demasiado tiempo sin sus rutinas. Demasiados "demasiado".
En su vaso apenas queda cerveza. El camarero interrumpe sus pensamientos preguntandole si necesita algo más. Lina sonríe: “No gracias".  A pesar de la facilidad con que deja ver su amplia sonrisa, lo cual demuestra su clara su empatía con los demás y su naturaleza extrovertida, Lina es algo desconfiada y  en realidad algo tímida, duda de muchas cosas, necesita estar a salvo en su entorno para encontrarse tranquila y poder hacer las cosas como a ella le gustan.

Lina no solo tiene una amplia sonrisa, tiene además ojos inquietos e inteligentes y una serie de rasgos afilados que la hacen sumamente atractiva a la vista. No tiene esa belleza simétrica típica de las muñecas de porcelana, sino más bien ese atractivo oscuro que poseen las mujeres fatales. Quizás sea algo frágil por dentro, pero exteriormente no parece que nada pueda dañarla.

Lina ya no es una niña, piensa, actúa y se mueve como una mujer. Puede mirarte a los ojos y decirte, por duro que sea, lo que piensa sin pestañear. Pero ahora, frente al ordenador, duda como lo haría una niña frente a un carrito de helados repleto de diferentes sabores.  
Ha pensado algo y lo ha escrito rápidamente, pero al ver el resultado se da cuenta que existen bastantes diferencias entre lo que cree que piensa, lo que realmente piensa y lo que dice que piensa...  Así que mejor lo borra.

A Lina, además de muchas otras cosas, le interesa mucho la psicología. Puede que porque crea que así podrá comprenderse mejor a sí misma, ya que muchas veces tiene la impresión de no entenderse nada. A veces tan impulsiva otras tan reflexiva. Tan abierta y tan cerrada al mismo tiempo. Valiente y desconfiada, romántica y desapegada, neurótica y calmada… Esa suma de pequeñas contradicciones sumadas a algunos pensamientos fuera de lugar, ha hecho que en ciertos malos momentos, haya llegado incluso a fantasear con la idea de llegar a perder la cabeza por completo.  De hecho si por alguna razón pasa por delante de una clínica psiquiátrica, cambia de acera rápidamente  como si tuviera el temor de que alguien pudiera salir de la puerta principal y encerrarla tras ella.

Lina está  llena de sueños, es inteligente, creativa, honesta y tiene firmes principios. Cree conocer bien sus puntos débiles pero no puede evitar dudar de los fuertes y  a menudo práctica la sinceridad con todos, menos consigo misma. Le gusta el Rock y la literatura, los contrastes y los extremos, aún no sabe bien lo que quiere, pero tiene claro lo que no quiere que haya en su vida. Lina es claramente camaleónica, no es que se camufle con el ambiente, no, si no que hay unos días que parece una persona y otros días en los que costaría mucho reconocer en ella a esa persona. 

Lina no es nada fácil, pero no hay duda de que vale la pena.

En realidad Lina no existe, bueno no sé si existe, quizás sí, quizás exista en algún lado y yo no lo sepa, pero desde luego no existe en mi vida. Lina, es tan solo, lo que me gustaría poder ver si un día mirara al otro lado del cristal de la cafetería, desde esta terraza donde hoy escribo esto.

By 
    NeNe

17 agosto 2013

HISTORIAS QUE NUNCA...(18)

MANÍAS

Yo creo que todo el mundo tiene costumbres  sin sentido o  lo que algunos llaman “manías”, cosas que  quizás sean hábitos heredados de sus progenitores. Por ejemplo, mi abuela coleccionaba enormes compilaciones de libros y  todo tipo de enciclopedias referentes a cualquier tema (algunas realmente inverosímiles, como la enciclopedia de las enciclopedias), una vez recibidas, las colocaba en la librería y jamás de los jamases volvía a tocarlas.
También puede que sean hábitos adquiridos sin que uno se haya dado cuenta,  quizás debido a alguna publicidad subliminal de cuando éramos niños... Tengo un amigo que es una especie de adicto a las tele tiendas, no a comprar los productos que salen en ella, sino a verlas y admirar productos que jamás necesitaría ni usaría,  se queda horas y horas ensimismado mirando  una y otra vez las presentaciones del mismo producto. 
A veces estas manías son  algo tan ínfimo que no se ve, otras veces son cosas inconfesables, algunos les llaman supersticiones, otras veces están disfrazadas de hobbies…. Pero  el caso es que cuando conozco bien a alguien siempre  le termino por descubrir  que, de una manera u otra, tienen al menos una absurda costumbre  que en realidad no sabe bien porque la tiene o la hace. También es verdad que desde que descubrí este hecho, me apasiona investigar en cada persona que conozco,  cuál es ese hábito  sin sentido, que seguro que tiene, porque luego cuando lo descubro me ayuda mucho a comprender y entender como es esa persona.

Hasta ahora yo creía conocerme bien  y por lo tanto conocer mis “costumbres  sin explicación”. Nada tienen que ver entre ellas y estan claramente definidas:
Tengo  y utilizo  desde hace muchísimos años,  decenas de tarjetas de puntos;  para el supermercado, las gasolineras, para una joyería, una cadena de droguerías, una cadena de productos de cocina, para hoteles, campos de golf,  restaurantes,  para tiendas de muebles,  de bricolaje,  etc… El hecho “extraño o sin explicación” no es tener y utilizar estas tarjetas,  sino que  en cada una de estas tarjetas tengo puntos acumulados que nunca, en ningún caso, ni de ninguna manera he utilizado.  Si  hago uso de estos servicios de nuevo o vuelvo a cualquiera de esos establecimientos sigo pagando en efectivo y sigo acumulando puntos. Pero jamás he canjeando los que ya tengo.  Muchas veces me he preguntado si colecciono puntos, o lo que en realidad colecciono  son “por si acasos” y “quizases”.  “Quizás un día los necesite” “Puede que un día me vengan bien”  “Por si acaso alguna vez tengo que…” “Quizás guardando más tendré…”
Pero en realidad se que no es eso, que simplemente los guardo sin sentido, ni motivo alguno.

La segunda es aún más extraña,  por alguna razón que no alcanzo a comprender, suelo rodearme de violines.  No me gusta como suenan,  no quiero tocarlos, no me interesan ni su forma ni su historia, pero siempre termino rodeado de ellos.
Estas manías,terminan siendo parte de uno y  si se analizan bien, en cierta manera te definen… A pesar de lo racional que creo que soy,  que no me gustan las cosas sin sentido y que suelo darle mil vueltas a todo…  Uno después de tanto tiempo aprende a conocerse. - Si estas son mis manías pues es que uno será así y ya está-.  Así que hace tiempo que deje de buscar más “porqués” y aprendí, también, a aceptarme.
Una vez que uno llega a estas conclusiones ya se suele quedar así para siempre,  tus rarezas te acompañan hasta el fin de tus días y te terminan enterrando  llenito de puntos y en un ataúd con forma de violín.
Al no ser, claro, que tengas la suerte de que te pase como a mí;  Que de repente un día cualquiera, pases  delante de un escaparate y te quedes como hipnotizado con una increíble guitarra eléctrica.
Entonces oyes claramente como en tu cerebro algo hace “clic”. Y no quieres saber más de  estúpidos violines y te gastas todos los puntos de golpe en ella.
Y  piensas si al final resulta que  igual sí que había un porqué para guardar los puntos, que  puede que los  estuvieras guardando justo para este momento. Piensas también, que quizás te rodeabas de violines porque son instrumentos de cuerda también y en cierto modo se parecen bastante a las guitarras, y que tú, ignorante musical,  no sabías ni siquiera que existiera algo como la Stratocaster.

Pero claro,  si esto es así, y le das respuestas a tus manías o costumbres inexplicables, aquellas que creías que definían tu personalidad y creías que determinaban de alguna manera  tus carencias y/o necesidades…  Si de repente todo parece encajar, no puedes evitar que se te quede cara de tonto, y te preguntes: ¿Y ahora, quién carajo soy?

By 
  Nene

21 julio 2013

HISTORIAS QUE NUNCA...(17)

OTRA VIDA
 
Hay días en los que me da por pensar, que quizás esta no sea mi vida, que mi vida es otra, otra donde estas tú.
Y aunque todo se parece, nada es igual...
Me veo llegando a tu portal, donde me espera tu sonrisa, y mis ojos brillan por el reflejo de tu pelo negro.
Aún no ha pasado nada entre nosotros, tan solo has aceptado verme unas horas, tan solo has aceptado conocerme por curiosidad…
Cenamos, hablamos, reimos, todo esta por descubrir...
Las imagenes se entremezclan; ahora estoy caminando contigo, sonriendo, con miradas cómplices que hablan por nosotros.
En ese momento deseo con fuerza  que puedas ver a través de mi, que puedas derribar la coraza que me recubre, e intuyas todo lo que puedo ofrecerte.  Nada me haría más feliz que poder ofrecerte esta vida, esta en la que todo fuera más fácil, una vida de abrazos y cuidados, de viajes y experiencias, de risas y tristezas compartidas, una vida para los dos.

Me veo reflejado en tus ojos, suspirando por el tacto de tu piel, anhelando el sabor de tu aliento.
Y es que no puedo entender que alguien pueda ver algo en alguien que no seas tú.
Nos veo juntos, compartiendo, disfrutando del tiempo, tú sonriente, yo orgulloso.
Quiero quedarme en esa vida donde te prometo con toda sinceridad  lo que no puedo cumplir. Donde tú crees lo que no va a ocurrir. Donde solo existimos tu y yo.
Una vida donde todo merece la pena si al final del dia nos hacemos sonreir.
Pero al menor descuido siempre hay un pedazo de objetividad que se empeña en golpearme. Haciendo que  pierda la concentración, alejandome de mi imaginación.... Es ahí donde veo como todo se hace más real, como el tiempo hace su trabajo, como tus dedos resbalan entre mis dedos hasta desenlazarse por completo, tus labios se van apretando poco a poco hasta que  tu sonrisa desaparece y en el fondo de mis ojos se va eliminando el reflejo de tu brillo. A pesar de ello lucho contra lo inevitable y a sabiendas de que no puedo,  intento retenerte mientras veo tu espalda alejándose sin piedad y grito con todas mis fuerzas a tus oídos sordos a mi voz.
No te culpo por ello, sé que es cosa mía, que es solo mi imaginación descontrolada, que no es que te vayas... Es que aún ni has llegado. Que esa no es mi vida, sino otra vida sin mí.

By
     Nene

26 mayo 2012

HISTORIAS QUE NUNCA...(16)

¡MALDITA GENETICA! 

Poco a poco he ido ganando casi todas las batallas; He conseguido eliminar gestos, maneras, tonos y hasta pensamientos. He sido en ello todo lo meticuloso que me ha sido posible, ya que desde hace mas tiempo del que recuerdo, me ha aterrado acabar pareciéndome a ti.
No me malinterpretes, no es que fueras un mal padre, al contrario. Pero simplemente, pronto me di cuenta que de ninguna manera quería  ser como tu.  
Una vez resignado a compartir el mismo nombre y apellido; me he ido encargando de borrar cualquier otro parecido que pudiera  vincularme contigo.
Rechace categóricamente cualquier tipo de drogas y vicios por tu tendencia a todas las adicciones, abrace el deporte por tu sedentarismo, me negué siempre ha ponerme un traje por ser tu prenda favorita, camino despacio por que tu lo hacías deprisa, me afeito hasta dos veces al día para que no exista huella de tu barba, tiendo a encorvarme por si acaso alguien ve en mi tu  andar erguido. 

No necesito cerrar los ojos para que tu imagen se me aparezca; Distante y cercano como se ve la cima de una montaña desde lejos, con tu traje azul y tu barba desaliñada rodeando esa sonrisa de superioridad tan típica en ti, como si tu siempre supieras algo que los demás no saben.  Acompañado siempre de mujeres a las que doblabas la edad, jugándotelo todo en al doble o nada, sin que te importara nunca perder. Repitiendo hasta la saciedad el mismo discurso, arrogante, testarudo, caprichoso, divertido solo para los que no estaban cerca de ti, valiéndote de la inseguridad de los demás para tu propia seguridad, escudándote en la razón y la lógica para no tener que sentir y.  a pesar de todo, siempre recubierto de ese aspecto de haber encontrado la felicidad.

Y ahora después de todo este tiempo aguantando,  después de todo mi trabajo por evitarlo,  de  haber adquirido esa personalidad tan diferente e independiente, de haber conseguido lo que creía un triunfo sobre la genética…Ahora, me veo envuelto en esta aventura. Inútil a la hora de cambiar el incontestable hecho de lo que siento, sorprendido por la espalda, rindiendo las armas y perdiendo plácidamente la guerra.  
Ahora, ahora frente a ella;  conquistado, feliz, sin ninguna capacidad de resistencia, olvidando principios y prejuicios... Me veo incapaz de apartar la mirada de esos ojos 20 años mas jóvenes que los míos, ojos  tan grandes y profundos que permiten que vea claramente mi reflejo,  un reflejo en el que no me reconozco, pero que conozco bien; Veo facciones marcadas por el tiempo, ojos pequeños y tristes de extraño brillo,  la misma barba y finalmente; esa conocida sonrisa socarrona que me dice de forma clara y con aire triunfal: Lo ves, hijo mio; De tal palo, tal astilla!

 By
       Nene

11 febrero 2012

HISTORIAS QUE NUNCA...(15)

EL CORREDOR

Hay cosas que cambian de un día para otro y  otras que por mucho tiempo que pase no cambian. Mi hábito de correr  es una de esas ultimas cosas . Sigo practicando igual que lo hacía en aquellos días, bueno no, como aquellos días  no.
Como siempre, cada día corro sobre la arena de la playa, pero ahora mis pies se hunden algo más en ella, puede que sea  la fijación que carga mi mirada, la esperanza de una promesa sobre los pies o el peso de la memoria entre la piel y los huesos.... O simplemente puede, como tu me dirías con esa forma que tenias de simplificarlo todo, puede que tan solo sea que ahora esté más gordo.
Cada mañana antes de cada carrera,  recorro 60 km en coche hasta una playa desierta de  el ya este país apartado de la mano de Dios, así me aseguro de poder correr sin que nadie me vea. Solo, completa y totalmente solo.
Sé que esto te resultara extraño viniendo de mí, porque bien sabes que hay pocas cosas que me gusten menos que la soledad.
Pero  igual que hay cosas que no han cambiado, otras si lo hicieron. Ahora, en la soledad siento cierto alivio, es como si el hecho que no haya nadie junto a mi explique algo más que tu tampoco estés.
Y por otra parte, esta soledad  hace que no tema  que el dolor atraviese mis gestos se pueda soltar la goma de la careta que siempre llevo. 
Me siento libre… Nadie va a ver el dolor si aparece, nadie va a darse cuenta de cómo estoy por dentro ni por fuera. 
Estas interminables playas no son muy diferentes a  aquellas donde solíamos ir juntos.  Aquellas donde tú te tumbabas a  recibir el sol y  yo corría en dirección opuesta a ti para luego volver una y otra vez…
Recuerdo, igual que se hace recordar  una costilla rota 8cada vez que se respira), como siempre en la ultima vuelta de cada carrera, tu estabas ya de pie esperándome, con los ojos rasgados por tu sonrisa y los brazos abiertos reclamando mi cuerpo cansado y bañado por el sudor.
Sigo sin entender  como era posible que estuvieras todas las veces así,  que supieras siempre cuando iba a terminar… Pero antes de expresarte mi sorpresa una vez más te adelantabas y me abrazabas susurrándome al oído: "Detrás de cada carrera, detrás de cada meta, detrás de todo...Yo siempre estaré ahí esperándote, mi amor"
Ahora mientras corro esas palabras retumban una y otra vez en mi cabeza. Y  corro con ansia, con desazón, con angustia, sin atisbar nunca la meta…
Poco a poco voy notando como mis tobillos viejos y frágiles, igual que una de esas figuras de Lladró que tenia mi abuela en el salón, me  van avisando de que no aguantaran mucho mas el ritmo al que les estoy sometiendo, pero me da igual lo que digan unos estúpidos tobillos,  aprieto los dientes y acelero aun más el ritmo. Corro hasta que mis rodillas duelen por dentro y por fuera, e irremediablemente  terminan por doblarse y hacerme caer. Pero aun así me levanto con rabia y corro un poco más...Corro hasta que las fuerzas me abandonan por completo, corro hasta  sentir el sabor de la sangre al respirar, corro hasta caer rendido sobre la arena.
No importa lo débil o cansado que esté, cada día vengo a intentarlo de nuevo. Cada día consigo correr un poco más. Pero lejos de estar orgulloso, sé que todavía no es suficiente.  Sé que aun estoy lejos de la meta. Y lo sé porque cuando ya no puedo dar ni un paso más y mi falta de aliento me hace pensar que es imposible no haber llegado;  Levanto mi mirada y descubro que no, que no puedo haber llegado al final.  Y lo se porque tú... sigues sin estar ahí.

By:
Nene


21 diciembre 2011

HISTORIAS QUE NUNCA...(14)

LA PROMESA


No se tú, pero yo recuerdo con claridad cada momento de aquellos dias. Pero sobre todo, sobre todo ese ultimo dia...
Los dos corriendo de la mano, huyendo hacia nuestro lugar secreto, fantaseando con que jamás nos encontrarían, en que podríamos permanecer juntos para siempre, escondidos, en el aquel viejo  edificio. En lo alto del tejado de esas 9 alturas, que tan lejanas al suelo nos parecía en aquellos tiempos. 
Nuestro lugar favorito. Donde era posible alargar los dias, donde nos alcanzaba la noche y aveces de nuevo el dia, donde mirabamos divertidos lo que nos parecían pequeños enanos con prisa, que iban de un lado a otro sin parar, donde podíamos observar sin ser vistos, donde nos dimos el primer beso, donde tanto hablamos de lo que podíamos conseguir juntos.
Pero ese día era distinto, era el último día, y  la importancia de ese hecho nos pesaba más que cualquier otra cosa que nunca hubiéramos levantado.
En ningún momento soltaste mi mano, como si con eso pudieras evitar lo que los dos sabíamos inevitable.  Me apretabas tan fuerte que dolía, pero ese dolor apenas eran cosquillas ante un dolor interno mucho más angustioso.
Ni tú ni yo podíamos hacer nada en contra de lo que nos parecía nuestro funesto destino. El verano se había acabado y nuestras ciudades estaban separadas por casi mil kilómetros, lo cual, con 14 años y sin tan siquiera una bicicleta en propiedad, resultaba una distancia insalvable.
El tiempo pasaba, y a pesar de creer que nadie conocía nuestro escondite, temíamos, no sin razón, que no tardarían en encontrarnos.
Ninguno de los dos se animaba a hablar, nuestro silencio parecía una señal de luto adelantado, solo pensar en separarnos ya dolía como cien caídas seguidas del tejado donde nos encontrábamos.
Pero ahora entiendo que justo en ese momento, a pesar de que todavía seguíamos juntos, fue la primera vez que estábamos solos desde que nos conocimos. Aun de la mano empezamos a sentir en nuestro interior, toda esa soledad que pronto iba a llenar también todo nuestro alrededor.
El principio del fin no tardo mucho más en llegar: Las voces de nuestros padres buscándonos. Ya no quedaba tiempo para nada... El temido momento nos iba a pasar por encima como un rio desbordado. Nos miramos fijamente por ultima vez, ya casi ni sentía la mano por la cual apenas debía circular sangre, y entonces me preguntaste:
 
-¿De verdad me quieres? 
¡Te quiero, y te querré siempre!
No digas eso, eso no puedes decirlo.
-  ¿Por qué? 
- Porque el tiempo pasara crecerás y me olvidaras, conocerás otras chicas, pensaras en otras cosas y ya nada será igual. Ahora somos unos niños y todo es muy fácil, pero cuando seamos mayores las cosas se complicaran, mi padre siempre lo dice.
-   Pues entonces no creceré, seré siempre un niño, y así podré quererte siempre
-   ¡No digas tonterías Pedro!  Todo el mundo crece
-    Pues yo no...  No lo haré.  ¡Te juro que nunca creceré!

No se donde andarás ahora, y si eres tu la que al final consiguió olvidarme, ya que después de aquel verano no he vuelto a verte.
¿Que puedo contarte, después de tantos años? 
A pesar de lo que creíamos, sobreviví a nuestra separación, como imagino que tú también harías. Aunque tu recuerdo me ha acompañado gran parte de mi vida, con esfuerzo y tiempo he aprendido a esconderlo, más o menos bien, tras varias caretas de felicidad, seguridad o simplemente indiferencia. 
Pero aun así, he de confesar que en el terreno sentimental, las cosas no me han funcionado del todo bien… No creas que pretendo convencerte que durante todo esto tiempo me he mantenido fiel  a tu persona como un monje franciscano. No es eso… Aunque desde aquel día muchas veces puedo sentir tu mano apretando la mía con fuerza, he conocido a muchas mujeres y he tenido varias relaciones en las que he tratado de poner siempre todo de mi parte. Pero por alguna razón no consigo que salga bien, siempre termina igual. Una y otra vez soy acusado de lo mismo:
Me achacan que soy un caprichoso, que no tengo los pies en la tierra, que vivo de sueños y utopías, que  soy crédulo e ingenuo, sin la suficiente ambición para estos días que corren, que no me tomo nada en serio, que quiero divertirme todo el rato y  que suelo huir de las responsabilidades. En fin, en resumen; ¡Que soy un inmaduro!
Yo en cambio prefiero pensar que aun existe la posibilidad de que pueda encontrarte y sobre todo que siempre fui y soy un hombre de palabra….O mejor dicho: ¡Un niño de palabra!

By
Nene

21 noviembre 2011

HISTORIAS QUE NUNCA...(13)

INVIERNO

Ha llegado el invierno.
Y sin lugar a dudas lo ha hecho con rabia, vengativo, como si yo le debiera algo. El intenso frío que trae con él, ha calado tan profundamente en mis huesos que  ya ni cien veranos podrían conseguir calentarlos.
Estoy en la parte mas hinóspita de las montañas. Hace días que no como, y avanzar sobre la nieve se me hace especialmente duro, siento como si tirase, yo solo, de un trineo tan cargado que para moverlo serian necesarios al menos doce de los mejores perros esquimales.
La piel apenas tapa mis huesos, mis costillas asoman tan pegadas a ella, que parece como si pensaran que estarían mejor fuera que dentro de mi cuerpo.
Pero lo cierto es que todo esto carece de verdadera importancia para mí.  De hecho; recibo con agrado este duro invierno. Y  disfruto dejando que el viento y el frío me empuje de un lado a otro, con la vana esperanza de que quizás así  pueda llegar a congelarse por completo mi memoria.   
No quiero poder recordar nada que no haya empezado hoy. No quiero días pasados, tampoco quiero días futuros…En realidad  no quiero nada excepto que la nieve borre el rastro de como llegué  y de, a pesar de haberlo elegido por voluntad propia, lo poco que me gusta el haber conseguido llegar hasta aquí.

He probado a tumbarme al descubierto, inmóvil, esperando que la nieve cubriera por completo mi cuerpo y que eso  hiciera ,de  un modo u otro, que  de una vez por todas desapareciera el recuerdo de aquellos días. Pero no consigo aguantar demasiado tiempo sin moverme, debe ser  el maldito instinto de supervivencia el que  impide que me abandone a los estragos del invierno. Si, solo puede  ser eso; porque mi instinto es de lo poco que aun no aprendí a no conservar.
Así que sobrevivir a este día va hacer que  no me quede más remedio que aguantar tu recuerdo en mi cabeza. Al menos un día más... Quizás mañana haya más suerte,  quizás aprenda algo más y quede en mi algo menos de ese instinto.
Mientras tanto camino solitario, con la cabeza gacha y la vista fija en la nieve…como si  pudiera olfatear algo, como (pudiera parecer desde fuera) si buscase algo. Pero es tan solo un gesto acostumbrado, porque ya no busco nada,  no tengo donde ir, no hay nadie que me espere, ni nada que me empuje a seguir.

Ni rastro de mis antiguos compañeros, esos a los que me enfrente como un salvaje y deje atrás tan solo por permanecer a tu lado.
Ya no quedan  huellas de amigos, tampoco de enemigos, y mucho menos huellas de ti.
De vez en cuando el viento frío me abofetea la cara,  y  gracias a ello me doy cuenta que he alzado la cabeza, pero es solo un gesto.  Un gesto que me permito para  notar que el viento de frente, lo que me hace recordar mi obligación autoimpuesta de no mirar atrás. Tengo miedo a  que si me giro pueda encontrarte ahí, o simplemente a ver que no estas y que surja en mí  la idea de querer regresar por ti.

No había nada mejor que caminar bajo el sol junto a ti, nada podía superarlo, nada más hacia falta.
Tu y yo. Solos en la cumbre, confiados, felices, plenos, mirando a los demás desde lo más alto . Cuando se llega ahí es imposible subir más. Eso precisamente fue lo que entendí, que nada podría ir a mejor, que todo lo que ocurriera a partir de ese momento no sería sino sentir menos. Y yo, espero que sepas perdonarme, una vez alcanzada esa plenitud, no podía conformarme con ni una partícula menos de la felicidad que compartíamos. Después de sentirme así ¿Como conformarme con una caricia algo más tenue, con una mirada un poco más opaca, con un sabor ligeramente distinto de tu boca? Solo la idea de que estando a tu lado algo cambiara, por poco que fuera, me torturaba  de manera insoportable.
Si hay algo que se, es que  el cambio es como la muerte; totalmente inevitable. Así que tuve que tomar una decisión. A veces hay que tomar ese tipo de decisiones, no quieres tomarlas, pero sabes que debes y que al final no te  va a quedar mas remedio que hacerlo... Yo, simplemente, no quise esperar al final.

Cuando detengo mi marcha, veo ante mi como un lago helado se extiende. Al bajar la cabeza para intentar ridiculamente beber en él.  El reflejo que me devuelve, afianza los hechos que ya se:
Las heridas en mi cuerpo, de mil y una peleas, cada vez se hacen más notables, mi pelo ha perdido su brillo y ha empezado a caerse,  el filo de mis colmillos ya no asustarian ni a un conejo y mi mirada cada vez es más y más acristalada… 
Este  reflejo de mi mismo hace que me de cuenta de otra parte de la inapelable verdad que, aunque no quiera admitirlo, sé  desde hace tiempo:

 Si yo no me hubiera marchado de tu lado...¿Cuánto más hubieras tardado tú, en abandonar a este pobre y viejo lobo solitario?

By
Nene

25 octubre 2011

CARTAS QUE NUNCA...(13)


Al revisar los cajones encuentro la carta. La encuentro donde no debía estar, pero a pesar de eso, la encuentro.
Nada más verla me da por imaginar dos trenes a punto de chocar, y antes de que lo pueda evitar... los trenes chocan. Y uno sale claramente peor parado que el otro. Lo que hace que, a  pesar de que lo intente, no pueda evitar “echar de más” el espacio que sobra en mi sofá y el vacío que queda bajo la manta que cubre mis sesiones frente al televisor.
Lo cual, sé a ciencia cierta, no es más que una estratagema de mi cerebro para evitar pensar; que es a ti a quien echo de menos.
Y debe ser que a mi cerebro no le gusta que le descubran, porque de repente me sorprendo pensando de nuevo en ti y en esa sonrisa que perdí, por la que ahora estaría dispuesto a entrar descalzo al infierno con tal de recuperarla, en tu forma ingenua de mirarme, como si me vieras siempre por primera vez, y en Aladino. Si, en Aladino. Y en esa tarde en el bazar donde encontraste esa lámpara tan parecida a la de los cuentos y yo te sorprendí mirándome de reojo y escondiéndote para frotar la lámpara disimuladamente. Recuerdo como me hice el tonto y dejé que creyeras que no te había visto para no discutir  sobre lo absurdo de esa acción. Pero ahora me sorprendo pensando en si existira la magia, en si existió  o no Aladino, en sí tendría o no una lámpara, y si fuera así si esta seria realmente mágica... Pero sobre todo pienso en cuál sería ese deseo furtivo que pediste aquella tarde.
Mientras mi cabeza discute si hice lo correcto al dejarte marchar, si debiera haber escuchado más a mis latidos y menos a mis razonamientos, y en si debería abrir o no la carta que tengo ante mi... Mis ojos se escapan hacia a la ventana.  Tras ella está la luna. Bien arriba, justo a la mitad. La parte que falta de esta luna, se bien quien la tiene. Como tu hacías, le pido serenidad y armonía, pero no para mí...

“Hola amor mío;
No pasaron ni dos horas desde que bajé del tren y no he podido resistir más el ponerme a escribirte.
Espero que te haya gustado el libro que te deje “El alma de las cosas” Me pareció un titulo taaaan sugerente. Ya se que tu no crees en esas cosas, pero quien sabe, quizás algún día...
Al final como habrás visto solo me he llevado la portada, en vez de la mitad del libro, como te dije que haría para que me echaras aun más de menos, pero no me pareció bien dejarte tan "a medias" y pensé que dado el nombre, era mejor llevarme solo el titulo y dejarte el interior completo, Además. no hubiera estado bien, separar  el alma del libro ¿Porque donde sino en el interior está el alma de los libros?
Aquí mi única ventana a mi mundo por suerte o por desgracia eres tu...Te iré escribiendo y narrando lo q me pasa, como me siento, que tengo y que no. Te ire escribiendo para sentirme algo más cerca de mi mundo, algo más cerca de ti.
Aquí, todo está mal. Pero trato de disimularlo lo mejor que puedo.
Nadie más sabe mis miedos y nadie se da cuenta de, como ahora, como me tiemblan las piernas...
Espero que hagas una excepción y leas esta carta. Nunca entendí tu manía de coleccionar cartas cerradas. Si no me contestas no volvere a escribirte más, pero si lo hicieras al menos esta vez, esta correspondencia puede que nos acerque en alma ya que en cuerpo de momento no puede ser...
Espero que sepas cuanto te necesito. Sé que no puedo ser para ti lo que en algún momento he deseado pero al menos puedo ser esto...”

A la mitad de la carta maldigo haberla encontrado y decido no seguir leyéndola, la arrugo con rabia y la tiro lo más lejos que puedo de mi lado. ¿Por qué diablos no la dejaría olvidada en el cajón, cerrada, como todas las demás cartas?
Ahora no puedo detener mis pensamientos... Los trenes vuelven a atravesar mi cabeza, cada uno con un destino diferente, con un deseo distinto, recorriendo la misma vía, pero en direcciones opuestas. Es solo cuestión de tiempo que terminen  chocandose de nuevo.
Pienso en lo que me cuentas y lamento que este todo mal, pero a la vez pienso que, que bien que este todo mal… Quizás así regreses antes.  Y que, que bien que me necesites, y que, que mal que ahora sea ya tarde.
No consigo decidirme por ninguno de estos pensamientos. Así que pienso en trenes de nuevo,  pero resulta ser peor. 

Quizás lo que pretendías decirme es que con la portada del libro te llevabas el cuerpo y dejabas al alma. Quizás no, quizás es que no he entendido nada y solo sea otro de mis torpes pensamientos.
Pero, definitivamente, pienso que al final si que te llevaste la mitad del libro, o al menos la mitad de mi alma.  
Y no puedo dejar de responder a tu preguntas:
“Desde luego que puede ser "esto". O "eso", o "aquello", o cualquier pronombre demostrativo que se te antoje” 
Ya se que todo esto es absurdo. Y soy el primero en encontrar ridículas mis contradicciones y aun más ridículo el estar contestándote ahora y pensar que por ello, después de tanto tiempo, pudieras estar más cerca de mí. 
Pero bueno… Si en realidad es como tú dices y son nuestras almas las que deben estar juntas, quizás si sirva de algo todo esto, quizás no importe el tiempo que haya pasado, que solo haya leído la mitad de la carta
y que no vaya a mandarte ninguna de estas letras que escribo... Puede que con tan solo abrir tu carta haya bastado y un día de estos, me dé la vuelta y me tope de cara con tu alma. Y entonces por fin todos los trenes desaparezcan,todos menos uno, el que me lleve hacia donde tu estés.
Mientras espero que llegue ese día, prometo intentar no pensar tanto, o al menos, pensar menos en trenes.
Y si, aun así, no lo consigo, probare a pensar en trenes llenos de ventanas, ventanas desde donde se vean historias, historias llenas de mundo... tu mundo.

08 octubre 2011

HISTORIAS QUE NUNCA...(12)

ARENA MOJADA

No recuerdo bien el tiempo que hace que ya que no estás,  he perdido la cuenta de los días que llevo  caminando por este desierto de emociones, dejándome llevar por falsos espejismos aun a sabiendas de que lo eran. Siempre con sed pero sin ganas de beber.
Muchas veces he pensado en el porqué de seguir andando, sabiendo como se, que en este desierto no existe posibilidad alguna de encontrarte... Ni a ti, ni a nadie...
Bajos mis pies, tras de mi, en el horizonte, mire donde mire; solo hay arena, cantidades ingentes de arena ardiente.
Imagino que continuo andando gracias a pequeños auto engaños; haciendo caso a las voces que resuenan en mi cabeza, voces de otros que aseguran que todo desierto tiene su fin, que no hay más que resistir, que al final encontrare agua, que tan solo hay que seguir caminando, hacia delante, hacia el horizonte...
Así que camino sin verdadera voluntad, con la misma rutina de siempre; Me tapo los ojos, para que el sol no me queme y cubro mi piel a conciencia para que el frío de la noche no cale en mí.
Pero el horizonte sigue siendo horizonte y el desierto, desierto. Y lo cierto es que ya me da igual que el paisaje cambie o no, ya ni los espejismos desvían mi mirada y no me desplazo más que, en parte por inercia y en parte por instinto de supervivencia, pero sin ninguna clase de fe, sin tan siquiera ganas de saciar mi sed, sin objeto ni fin.
Pero hoy; hoy casi por casualidad (como ocurre con casi todo lo bueno), en uno de mis descansos, sentado sobre la arena he jugado a enterrar mis manos, a enterrarlas en esa misma  arena que he pisado un millón de veces, la  que cuando el viento se levanta; atraviesa mi  piel sin la mas mínima resistencia como si  mi cuerpo ya no existiera. Esa, esa siempre idéntica arena, hoy ha querido sorprenderme; Mis dedos no han sentido el calor al que estaban acostumbrados, a cambio una dulce humedad los ha acariciado...
Y despacio muy despacio, como si quisiera asegurarme de que no me estaba equivocando, me he dado cuenta de que estaba tocando arena mojada. Apenas puedo creerlo.. ¡Al fin arena mojada! Algo que me parecía ya imposible en este desierto tan árido como mis esperanzas.
Lo sé; No es agua. No debo precipitarme...  Es ¿tan solo? dulce humedad de color dorado que no puedo beber, y aunque pudiera… No debo beber.
Pero al fin algo más que sed. Finalmente se despierta en mí  la voluntad de beber. Una humedad que significa que hay agua y que no debería estar muy lejos. Una tenue promesa de que quizá pronto pueda calmar la sed.
Promesa no ya de que aparezcas de nuevo en medio de una tormenta de arena, si no de que quizá pueda llegar al fin de esta travesía desértica e ilusionarme con algo nuevo.
Un encuentro inesperado, una risa sincera, una piel dorada, un cuello de cisne, una manera de hablar desconocida, una grata sorpresa, una vana esperanza…pero una esperanza al fin y al cabo.
Tras un largo tiempo deleitándome en esta, para mi, nueva experiencia, he desenterrado poco a poco mis manos viendo como la arena resbalaba despacio entre mis dedos. Y, despues de mucho tiempo, mientras sacudía la poca arena mojada restante pegada a mis manos; mis ojos, aun a riesgo de quemarse, se  han atrevido de nuevo a mirar directamente al sol. En ese momento una mueca ha torcido mi boca. No sé si a esa mueca podría llamarle una sonrisa, pero desde luego; es lo más parecido a ello que he tenido en mucho tiempo.

By
Nene