Datos personales

Mi foto
Tu lees porque piensas que te escribo... Eso es entendible. Yo escribo porque pienso que me lees... Y eso es algo terrible.

21 junio 2007

CARTAS QUE NUNCA...(6)

He vuelto a casa. Después de tantos viajes, estoy de nuevo en Madrid. Nada ha cambiado. Todo sigue igual, no parece que esta ciudad me haya echado en falta ni lo más minimo. Es como si el entorno que me rodea fuese a un ritmo mucho más lento que el mío.
Yo he cambiado mucho en este tiempo. Ya no soy el mismo. Me faltas tú. Y para mi eso es mucho más de lo que una persona puede echar en falta.

Estoy en casa. Pero no me siento en casa.
No tengo ganas de hacer nada y menos de cocinar, así que he ido a comprar fruta al supermercado. Parece ser que le he dado una alegría a la cajera. Dice que se ha acordado mucho de nosotros. Que se preguntaba donde estaríamos, tanto tiempo sin pasar por ahí. Fuerzo una sonrisa y espero la temida pregunta. No tarda en llegar: "¿Y tu mujer que tal esta? Le contesto que ya no tengo mujer, bueno que si tengo mujer pero que ahora es otra. No se porque le miento.
Ella me dice algo sorprendida (quizás no termina de creerme) "Ah, bueno. Lo importante es que estéis bien."
"Si. Eso es lo importante" Digo yo.
Y ella continua "¿Así que estas bien?" No puedo con tanta hipocresía así que mientras me doy media vuelta contesto "No. No estoy bien"

De vuelta a casa; más encuentros. Con lo grande que es esta ciudad y no hay manera de escapar de la poca gente que conozco. Esta vez es una vieja conocida mía... Y tuya también.
"Hay que ponerse al día" dice ella. Más cortesía. Me pone al día y la pongo al día.
A ella también le parece que el tiempo pasa despacio, a ella también le falta alguien. Esto hace que me sienta algo menos solo. Así que encontramos un tema común del que hablar; dolor.
El dolor es una prueba mucho más honda del amor que cualquier tipo de placer o felicidad.
Escucho y me escucha, su voz palía mi heridas, disfraza mi dolor. Estar con ella es como consumir un anestésico. El daño no se va, pero se difumina.
Mientra hablamos de lo lejos que nos sentimos de otras personas, nos vamos acercando.
Me dejo llevar y ella también.
Es linda y suave.
Noto como su respiarción se entre corta y siento el pulso de su corazón en mi boca.
Sus labios son gruesos como los míos, besarla es como un choque de almohadas. Su olor es deliciosamente narcótico.
Mientras hacemos el amor con los ojos cerrados tengo la seguridad de que los dos estamos pensando en otras personas.
Nos mezclamos en una sensación extraña, mezcla de pasión, dolor, deseo, confusión, calor...

¿Sabes? En un principio me sentí mal, sentí como si te hubiese traicionado. O como, lo que es peor; como si hubiese fallado al amor que te tengo.
Pero ahora que lo pienso, me doy cuenta de que no.
Me doy cuenta de que ese momento ha sido y será, lo más parecido posible... ha volver a hacer el amor contigo.

05 junio 2007

HISTORIAS QUE NUNCA...(5)

MI GITANO

Ahora ya no. Ya no quiero como antes.

Mi amor de antes era un amor desmedido. No era sano. Me hacia daño.Yo quería a mi gitano por encima de mi misma, de mi familia, y de cualquier cosa que pudiese imaginar. Estaba dispuesta a sacrificar lo que fuese por él, hubiese dado mis brazos y piernas si eso me hubiese asegurado una vida junto a él.Yo no existía sin él. Cuando él no estaba mi vida era triste y gris como un día de lluvia en un cementerio. Mi vida solo giraba en torno a él. Mi cuerpo tan solo se movía al son de sus pedidos. Yo era como la peonza de madera y él como la cuerda que la recubre; Cubierta por él, incapaz de moverme si no es con su impulso, destinada a dejar de girar, hasta que la cuerda la rodee de nuevo.Mi garganta se llenaba con su nombre, no había conversación en la que no le nombrase. Mis pulmones solo pedían aire para poder seguir viéndolo un rato más.Antes, bastaba con oír el ruido del motor de su coche, que podía distinguir sin equivocarme jamás, para que corriese hacia la ventana a verle llegar.
Sabia que venia a por mí. Y entonces me quedaba sin aire, no podía respirar, el estomago me bailaba, y la nariz se me taponaba. Hacia esfuerzos por respirar por la boca pero era inútil; Me ahogaba sin remedio. Los labios se me amorataban, mis ojos pedían auxilio, y más de una vez llegue a desmayarme.Antes cuando pensaba en él no podía evitar que las rodillas me temblasen y la boca se me secase. Mi gitano; Guapo como jamás he vuelto a ver a nadie. Pelo largo y negro, de piel y ojos oscuros como el petróleo, sonrisa blanca y una eterna barba de dos días.Mi gitano sonreía y yo lloraba, mi gitano bailaba y yo moría.Casado y con dos hijos solo me quería a mi, a su paya, a su niña. Estaba dispuesto a abandonarlo todo por mí. Eso decía. Yo le creía.Antes no tenía vida, porque mi vida era suya. Mi alrededor se difuminaba sin su presencia. El resto de la gente tan solo eran sombras. Nada en mi vida era real sin él.
Mi gitano. Por él abandoné todo; mis estudios, mis amigos, mi familia, lo poco que tenía…No había nada que no hiciese si me lo pedía. Conseguir droga, robar, huir de casa... a mí, una niña pija de buen barrio, me parecían peticiones insignificantes.
Sin él yo no era nada, con él lo era todo. Hasta que me di cuenta…Ahora estoy bien, estoy casada con alguien que me quiere. Controlo plenamente mi vida, dentro de poco seré madre, quiero a mi marido, pero no de la misma manera, de esa manera no era sano. Me hacia daño.Ahora puedo escuchar el ruido del motor de cualquier coche sin inmutarme, puedo mirar a mi marido a la cara y decirle, “no, eso no me apetece” o “mejor no querido, mejor hagamos esto otro”, pienso en mi antes que en nadie.Ahora no es como antes. Ahora quiero de una forma más racional, más egoísta. No doy todo lo que tengo, guardo mis reservas por si acaso. Puedo estar varios días sin ver a mi marido sin sufrir lo mas mínimo. Ahora soy cabal y racionalmente feliz.
Lo que pasa es que ahora, no se porque, de vez en cuando me encierro en el baño y disfruto jugando a sumergir la cabeza en la bañera aguantando la respiración hasta que no puedo más…
Y también de tanto en tanto, cuando mi marido no esta y nadie puede verme, no puedo evitar agudizar el oído y perder mi mirada por la ventana mientras presiono mi nariz con los dedos, notando como la respiración me falta hasta el punto que se me amoratan los labios y el mareo aparece e incluso llego hasta perder el sentido...
Y en ese preciso momento, mientras caigo perdiendo la consciencia, recuerdo esa maravillosa sensación… y sonrió de verdadera felicidad.
By:
Nene