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Tu lees porque piensas que te escribo... Eso es entendible. Yo escribo porque pienso que me lees... Y eso es algo terrible.

30 octubre 2006

CARTAS QUE NUNCA...(1)

Una vez más miro a mi lado y al ver que no estás me hago el sorprendido. ¡Como si eso fuese nuevo! Hace mucho que no estás. Y hace mucho que viajo solo...
Si, estoy solo, levanto la cabeza y veo que han abierto la puerta de embarque. Por fin voy a subir al avión, después de una hora de retraso.
La verdad es que no me ha importado, desde que viajo sin compañía me gusta deambular por los aeropuertos, observar a la gente, imaginarme sus historias, de donde son y a donde irán, si están de vacaciones o trabajan y todo eso que ya sabes que me da por pensar.
Una vez dentro encuentro mi asiento, apago y meto los móviles en la mochila y saco el libro que siempre me acompaña en los aviones desde que te fuiste: “Antología poética de Mario Benedetti”. Tengo la costumbre de aprenderme de memoria alguno de sus poemas mientras espero en los aeropuertos. Creo que es por si algún día se te ocurre volver, poder recitartelos todos de memoria...Aunque se que eso es imposible. (No el que te los recite de memoria, sino el que vuelvas.)
Cuando me dispongo a guardar la mochila en el compartimento de arriba, noto ligeramente que me están pisando, ¡Ouch! Exagero medio en broma mientras me doy cuenta que son unos pies verdaderamente hermosos los que me están pisando. Unos ojos de un azul desproporcionado me piden tímidamente perdón. Mientras sonrió, respondo; “no importa”, y a la vez me da por fantasear con una gran historia de amor que empieza por un pisotón en un avión.
Dejo mi libro en el suelo para poder tener las dos manos libres para subir la mochila, veo de reojo que ella se interesa por saber que leo. Buena señal, pienso. Me siento en la misma fila pero a dos asientos y un pasillo de por medio. La miro, ella también mira. Es rubia, es guapa, quizás le sobran unos kilos, bueno... quizás no, seguro que le sobran, pero no importa. Me mira y tiene pies hermosos. Mario sostiene que la mujer que tiene los pies hermosos nunca podrá ser fea. Y si Mario lo dice tiene que ser verdad. Busco esa poesía la leo y me la aprendo. Ella también lee un libro, pero no alcanzo a ver el titulo. Es igual, no me importa. No se si es la influencia del uruguayo o que, pero cada vez me siento más atraído por ella.
El viaje dura tres horas. Hago por dormirme para no mirarla más, a ver si va a pensar que soy un maniaco. Cierro el libro y curiosamente ella hace lo mismo. Me duermo. 
Al despertarme lo primero que hago es mirar hacia ella, veo como da vueltas al piercing de su ombligo. Sonrío de nuevo, le copio el gesto y toco el mío. Y ella me devuleve la sonrisa. Bueno; o a menos eso me parece a mi.
Se me ocurre arrancar la pagina donde esta la poesía de los pies hermosos, apuntar mi teléfono y dársela. Pero no le puedo hacer esto a Mario. Así que arranco una hoja de la mierda de revista del avión y apunto mi nombre y mi número.
Nos bajamos del avión. Ella mucho antes que yo. Yo espero a que salga todo el mundo. Como ves sigo con mis manía de ser de los últimos en abandonar la nave, que se yo, complejo de capitán quizás. 
Esperando a las maletas volvemos a cruzarnos... Y, por supuesto, no la paro para  darle mi número como tenia planeado.
Cuando recojo mi maleta la vuelvo a mirarla. Ella espera aun. Pero nada, no hago nada. ¡Como siempre! Solo mirarla.... Finalmente decido marcharme; Salgo por la puerta principal con el papel con mi número de teléfono, como si fuera una piedra de 10 kilos en mi bolsillo,  y me dirijo a la salida cinco de la Terminal 2. Ella no; ella recoge sumaleta y se va para la  la salida seis. 
Me giro por última vez, ya con bastante distancia por en medio y ella también se gira, creo que sonríe, pero lo que es seguro es que me saluda agitando la mano y diciéndome adiós. Yo hago lo mismo pero sin sonreír. Me siento como un idiota. Me odio y me digo: “¡Lo ves cobarde! Tenias que haber hecho algo; Haberte acercado, haberle dado el numero...Cobarde y mil veces cobarde”.
Otro "flechazo", de los pocos que la suerte me ofrece, esquivado...
Siempre igual, solo me dedico a observar, jamás hago nada para que ocurran las cosas.
Pero enseguida se me va el odio y me viene una sonrisa pensando en ti y en lo que me dirías si me vieses ahora: “¡Pero mira que te pones romántico en los aeropuertos!

8 comentarios:

Ivonne dijo...

Wow! Si antes amaba a Benedetti, ahora más que descubro, a través de ti, eso de que una mujer con pies bonitos no puede ser fea. A mí no me gustan mis pies, pero a la mayoría sí, entonces (palabras de Benedetti, por supuesto) soy hermosa!
No te faltó el valor para darle el número, sino ganas de hacerlo. Es distinto. Y creo que no las tendrás hasta que pienses en lo que quieres para ti y en lo que te haría feliz.
Saludos,

Nene dijo...

Querida Ivonne,
Estoy seguro de que sos hermosa...

PIES HERMOSOS

La mujer que tiene los pies hermosos
nunca podra ser fea
mansa suele subir la belleza
por tobillos pantorrilas y muslos
demorarse en el pubis
que siempre ha estado mas allá de todo canon
rodear el ombligo como a uno de esos timbres
que si se les presiona tocan para Elisa
revindicar los lúbricos pezones a la espera
entreabrir los labios sin pronunciar saliva
y dejarse querer por los ojos espejo
la mujer que tiene los pies hermosos
sabe vagabundear por la tristeza.

Anónimo dijo...

A quién no le ha pasado algo parecido alguna vez!!? Tener las ganas de hacer algo, el deseo, tener ese impulso pero frenarlo por nuestras inseguridades, por miedo al ridículo, al rechazo.
Haces una buena descripción en tu historia, te metes en ella, mientras lees te los imaginas en el avión, las miradas, las sensaciones de él, las posibles de ella...me ha gustado!

Besos,

Eli

Unknown dijo...

* Querido Nene,

Me ha parecido una muy buena historia... como veo que en vez de Benedetti necesita un manual de "cómo actuar contra reloj", le digo que en mi humilde opinión, me parece que tenía todo lo necesario a mano (además de su persona) ¡¡¡por dios!!! haberle leído el poema diciéndole que irremediablemente al leer la primera estrofa no habías podido dejar de pensar que el poema, habría de estar dedicado a ella...

y si no hubiese funcionado... un buen pisotón a tiempo seguro que les habría unido, aunque fuese por la denuncia de agresión por la que habría conseguido sus datos... :):):)

Oleadas de besos.

Nene dijo...

Querida Marea Blanca;
Tiene usted razon, lo que a mi siempre me hizo falta es ese manual!!
Le ruego adjunte un par de trucos y consejos mas y me lo mande urgentemente.
Yo por mi parte le estare eternamente agradecido. ¿Y quien sabe? Si el manual es efectivo...Quizas algunas más tambien se lo estarian ;-)

Elena dijo...

hermosos y odiosos aeropuertos... no crees?

Nene dijo...

Querida Elena:
Yo mas bien creo que;
"Odiosos aeropuertos y hermosas gentes las que hay en ellos!"

Le deseo largos y buenos viajes.

Lauris dijo...

Es mejor arrepentirse de lo que has hecho que de lo que no hiciste, me lo suelo repetir muchas veces para intentar callar mis miedos ante nuevos caminos...
De lo contrario me habria perdido momentos increibles tambien malos, pero gracias a las equivocaciones he tenido la oportunidad de aprender de ello...