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Tu lees porque piensas que te escribo... Eso es entendible. Yo escribo porque pienso que me lees... Y eso es algo terrible.

21 diciembre 2011

HISTORIAS QUE NUNCA...(14)

LA PROMESA


No se tú, pero yo recuerdo con claridad cada momento de aquellos dias. Pero sobre todo, sobre todo ese ultimo dia...
Los dos corriendo de la mano, huyendo hacia nuestro lugar secreto, fantaseando con que jamás nos encontrarían, en que podríamos permanecer juntos para siempre, escondidos, en el aquel viejo  edificio. En lo alto del tejado de esas 9 alturas, que tan lejanas al suelo nos parecía en aquellos tiempos. 
Nuestro lugar favorito. Donde era posible alargar los dias, donde nos alcanzaba la noche y aveces de nuevo el dia, donde mirabamos divertidos lo que nos parecían pequeños enanos con prisa, que iban de un lado a otro sin parar, donde podíamos observar sin ser vistos, donde nos dimos el primer beso, donde tanto hablamos de lo que podíamos conseguir juntos.
Pero ese día era distinto, era el último día, y  la importancia de ese hecho nos pesaba más que cualquier otra cosa que nunca hubiéramos levantado.
En ningún momento soltaste mi mano, como si con eso pudieras evitar lo que los dos sabíamos inevitable.  Me apretabas tan fuerte que dolía, pero ese dolor apenas eran cosquillas ante un dolor interno mucho más angustioso.
Ni tú ni yo podíamos hacer nada en contra de lo que nos parecía nuestro funesto destino. El verano se había acabado y nuestras ciudades estaban separadas por casi mil kilómetros, lo cual, con 14 años y sin tan siquiera una bicicleta en propiedad, resultaba una distancia insalvable.
El tiempo pasaba, y a pesar de creer que nadie conocía nuestro escondite, temíamos, no sin razón, que no tardarían en encontrarnos.
Ninguno de los dos se animaba a hablar, nuestro silencio parecía una señal de luto adelantado, solo pensar en separarnos ya dolía como cien caídas seguidas del tejado donde nos encontrábamos.
Pero ahora entiendo que justo en ese momento, a pesar de que todavía seguíamos juntos, fue la primera vez que estábamos solos desde que nos conocimos. Aun de la mano empezamos a sentir en nuestro interior, toda esa soledad que pronto iba a llenar también todo nuestro alrededor.
El principio del fin no tardo mucho más en llegar: Las voces de nuestros padres buscándonos. Ya no quedaba tiempo para nada... El temido momento nos iba a pasar por encima como un rio desbordado. Nos miramos fijamente por ultima vez, ya casi ni sentía la mano por la cual apenas debía circular sangre, y entonces me preguntaste:
 
-¿De verdad me quieres? 
¡Te quiero, y te querré siempre!
No digas eso, eso no puedes decirlo.
-  ¿Por qué? 
- Porque el tiempo pasara crecerás y me olvidaras, conocerás otras chicas, pensaras en otras cosas y ya nada será igual. Ahora somos unos niños y todo es muy fácil, pero cuando seamos mayores las cosas se complicaran, mi padre siempre lo dice.
-   Pues entonces no creceré, seré siempre un niño, y así podré quererte siempre
-   ¡No digas tonterías Pedro!  Todo el mundo crece
-    Pues yo no...  No lo haré.  ¡Te juro que nunca creceré!

No se donde andarás ahora, y si eres tu la que al final consiguió olvidarme, ya que después de aquel verano no he vuelto a verte.
¿Que puedo contarte, después de tantos años? 
A pesar de lo que creíamos, sobreviví a nuestra separación, como imagino que tú también harías. Aunque tu recuerdo me ha acompañado gran parte de mi vida, con esfuerzo y tiempo he aprendido a esconderlo, más o menos bien, tras varias caretas de felicidad, seguridad o simplemente indiferencia. 
Pero aun así, he de confesar que en el terreno sentimental, las cosas no me han funcionado del todo bien… No creas que pretendo convencerte que durante todo esto tiempo me he mantenido fiel  a tu persona como un monje franciscano. No es eso… Aunque desde aquel día muchas veces puedo sentir tu mano apretando la mía con fuerza, he conocido a muchas mujeres y he tenido varias relaciones en las que he tratado de poner siempre todo de mi parte. Pero por alguna razón no consigo que salga bien, siempre termina igual. Una y otra vez soy acusado de lo mismo:
Me achacan que soy un caprichoso, que no tengo los pies en la tierra, que vivo de sueños y utopías, que  soy crédulo e ingenuo, sin la suficiente ambición para estos días que corren, que no me tomo nada en serio, que quiero divertirme todo el rato y  que suelo huir de las responsabilidades. En fin, en resumen; ¡Que soy un inmaduro!
Yo en cambio prefiero pensar que aun existe la posibilidad de que pueda encontrarte y sobre todo que siempre fui y soy un hombre de palabra….O mejor dicho: ¡Un niño de palabra!

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Nene

6 comentarios:

Anónimo dijo...

me encantaa...¿Donde andara esa campanilla ?...haber si el final.. es Feliz y Peter Pan se la encuentra ...y vuelve a sentir Mariposas haciendo cosquillitas¡¡¡

TLQNTC dijo...

Muy ben gusto, como siempre.
Supongo que la mayoría de los hombres quereis cumplir la misma promesa no?...de ahí que escasee la madurez...jajajaja
Cada día entro con ganas de leer más y más..ásí que aquí espero tus letras..
Un abrazo enorme

Nene dijo...

Querida Anonimo:
En realidad, a quien busca Peter Pan es a Wendy y a su vez Campanilla a Peter Pan... y al final ninguno de los tres se encuentra! O al menos asi lo narra el cuento del que hablas! ;)

Nene dijo...

Querida TLQNTC:

Gracias, gracias, gracias...
Espero que no desespere esperando. Y no lo digo solo por su espera a mis letras ;)

Anónimo dijo...

Querido Peter,

Yo también he seguido unida a tí y a tu vida desde aquel verano en que todo se acabó, siempre hay una cancíón,un perfume, el olor de los naranjos en Semana Santa, incluso el otro día, limpiando uno de mis cajones, encontré un ticket de autobús en el que, escrito de tu puño y letra me dejabas tu dirección de Madrid, y si hago un esfuerzo y busco en mi memoria, veo el instante en que el autobús se iba, aquel domingo de la semana santa en la que nos conocimos, en la que nos despediamos, enamorados el uno del otro, programando ya el siguiente encuentro. Fueron años de amor muy intensos y llevan inevitablemente el sello de ese primer amor que te acompaña toda la vida.

Sabes? estoy de acuerdo con algunas de las cosas de las que te acusan las mujeres de tu vida, pero pienso que son parte de tu encanto, de tu sensibilidad y quizás estés destinado a apagar y volver a encender muchas llamas, quién sabe, quizás no seas "para toda la vida", de alguna manera egoista de niña mimada,me gusta que seas así, como si fueses siempre un poco mío y de nadie más...Un beso.

Nene dijo...

Querida Wendy;
Me deja usted apenas sin palabras (cosa totalmente fuera de lo comun en mi)

De la primera parte de su comentario,que puedo decirle mas que; que ese recuerdo es un recuerdo en comun.

Y de la segunda parte, la cual parece sacada directamente de una de mis cartas, (no en vano crecimos juntos) de la segunda parte de su comentario no puedo decirle nada, solo puedo leerla una y otra vez... Y sonreir agridulcemente.

Siempre en mi memoria.