EL CORREDOR
Hay cosas que cambian de un día para otro y otras que por mucho tiempo que pase no cambian. Mi hábito de correr es una de esas ultimas cosas . Sigo practicando igual que lo hacía en aquellos días, bueno no, como aquellos días no.
Como siempre, cada día corro sobre la arena de la playa, pero ahora mis pies se hunden algo más en ella, puede que sea la fijación que carga mi mirada, la esperanza de una promesa sobre los pies o el peso de la memoria entre la piel y los huesos.... O simplemente puede, como tu me dirías con esa forma que tenias de simplificarlo todo, puede que tan solo sea que ahora esté más gordo.
Recuerdo, igual que se hace recordar una costilla rota 8cada vez que se respira), como siempre en la ultima vuelta de cada carrera, tu estabas ya de pie esperándome, con los ojos rasgados por tu sonrisa y los brazos abiertos reclamando mi cuerpo cansado y bañado por el sudor.
Sigo sin entender como era posible que estuvieras todas las veces así, que supieras siempre cuando iba a terminar… Pero antes de expresarte mi sorpresa una vez más te adelantabas y me abrazabas susurrándome al oído: "Detrás de cada carrera, detrás de cada meta, detrás de todo...Yo siempre estaré ahí esperándote, mi amor"
Ahora mientras corro esas palabras retumban una y otra vez en mi cabeza. Y corro con ansia, con desazón, con angustia, sin atisbar nunca la meta…
Poco a poco voy notando como mis tobillos viejos y frágiles, igual que una de esas figuras de Lladró que tenia mi abuela en el salón, me van avisando de que no aguantaran mucho mas el ritmo al que les estoy sometiendo, pero me da igual lo que digan unos estúpidos tobillos, aprieto los dientes y acelero aun más el ritmo. Corro hasta que mis rodillas duelen por dentro y por fuera, e irremediablemente terminan por doblarse y hacerme caer. Pero aun así me levanto con rabia y corro un poco más...Corro hasta que las fuerzas me abandonan por completo, corro hasta sentir el sabor de la sangre al respirar, corro hasta caer rendido sobre la arena.
No importa lo débil o cansado que esté, cada día vengo a intentarlo de nuevo. Cada día consigo correr un poco más. Pero lejos de estar orgulloso, sé que todavía no es suficiente. Sé que aun estoy lejos de la meta. Y lo sé porque cuando ya no puedo dar ni un paso más y mi falta de aliento me hace pensar que es imposible no haber llegado; Levanto mi mirada y descubro que no, que no puedo haber llegado al final. Y lo se porque tú... sigues sin estar ahí.
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Nene
Hay cosas que cambian de un día para otro y otras que por mucho tiempo que pase no cambian. Mi hábito de correr es una de esas ultimas cosas . Sigo practicando igual que lo hacía en aquellos días, bueno no, como aquellos días no.
Como siempre, cada día corro sobre la arena de la playa, pero ahora mis pies se hunden algo más en ella, puede que sea la fijación que carga mi mirada, la esperanza de una promesa sobre los pies o el peso de la memoria entre la piel y los huesos.... O simplemente puede, como tu me dirías con esa forma que tenias de simplificarlo todo, puede que tan solo sea que ahora esté más gordo.
Cada mañana antes de cada carrera, recorro 60 km en coche hasta una playa
desierta de el ya este país apartado de la mano de Dios, así me aseguro de poder correr sin que nadie me vea. Solo, completa y totalmente solo.
Sé que esto te
resultara extraño viniendo de mí, porque bien sabes que hay pocas cosas que me
gusten menos que la soledad.
Pero igual que hay cosas que no han cambiado, otras
si lo hicieron. Ahora, en la soledad siento cierto alivio, es como si el hecho
que no haya nadie junto a mi explique algo más que tu tampoco estés.
Y por otra
parte, esta soledad hace que no tema
que el dolor atraviese mis gestos se pueda soltar la goma de la careta que
siempre llevo.
Me siento libre… Nadie va a ver el dolor si aparece, nadie va a darse cuenta de cómo estoy por dentro ni por fuera.
Estas interminables playas no son muy diferentes a aquellas donde solíamos ir juntos. Aquellas donde tú te tumbabas a recibir el sol y yo corría en dirección opuesta a ti para
luego volver una y otra vez…Me siento libre… Nadie va a ver el dolor si aparece, nadie va a darse cuenta de cómo estoy por dentro ni por fuera.
Recuerdo, igual que se hace recordar una costilla rota 8cada vez que se respira), como siempre en la ultima vuelta de cada carrera, tu estabas ya de pie esperándome, con los ojos rasgados por tu sonrisa y los brazos abiertos reclamando mi cuerpo cansado y bañado por el sudor.
Sigo sin entender como era posible que estuvieras todas las veces así, que supieras siempre cuando iba a terminar… Pero antes de expresarte mi sorpresa una vez más te adelantabas y me abrazabas susurrándome al oído: "Detrás de cada carrera, detrás de cada meta, detrás de todo...Yo siempre estaré ahí esperándote, mi amor"
Ahora mientras corro esas palabras retumban una y otra vez en mi cabeza. Y corro con ansia, con desazón, con angustia, sin atisbar nunca la meta…
Poco a poco voy notando como mis tobillos viejos y frágiles, igual que una de esas figuras de Lladró que tenia mi abuela en el salón, me van avisando de que no aguantaran mucho mas el ritmo al que les estoy sometiendo, pero me da igual lo que digan unos estúpidos tobillos, aprieto los dientes y acelero aun más el ritmo. Corro hasta que mis rodillas duelen por dentro y por fuera, e irremediablemente terminan por doblarse y hacerme caer. Pero aun así me levanto con rabia y corro un poco más...Corro hasta que las fuerzas me abandonan por completo, corro hasta sentir el sabor de la sangre al respirar, corro hasta caer rendido sobre la arena.
No importa lo débil o cansado que esté, cada día vengo a intentarlo de nuevo. Cada día consigo correr un poco más. Pero lejos de estar orgulloso, sé que todavía no es suficiente. Sé que aun estoy lejos de la meta. Y lo sé porque cuando ya no puedo dar ni un paso más y mi falta de aliento me hace pensar que es imposible no haber llegado; Levanto mi mirada y descubro que no, que no puedo haber llegado al final. Y lo se porque tú... sigues sin estar ahí.
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Nene
4 comentarios:
A veces corremos sin parar, aun sabiendo que la meta ya ha dejado de existir...Corremos como máquinas automáticas convenciéndonos de que si nuestros pies se mueven, si nuestras piernas intentan, será que hay un sitio mejor al que llegar...
Corremos, callando cuando la razón nos suplica que ya es hora de parar..Corremos sustituyendo el miedo por esperanza, pero siempre con la ilusión agonizando con nuestro sudor...
Acaso podemos detenernos??, coger aire y comprobar que todo el recorrido, que toda nuestro valor, sacrificio y los años del calendario, y todo lo que hemos ido perdiendo por el camino ha sido en vano?...Quien podría soportar tal incongruencia??..
Mejor seguir corriendo...(paradigma de la justificación del esfuerzo)
PD: Sigo siendo fan de tus letras...
...el dia que llegue a coincidir contigo en esa playa..corriendo..sentiras de nuevo que tus huellas no habran sido en valde...iniciaras un nuevo sendero donde podras comenzar a sentir de nuevo los latidos de tu corazon..sigue corriendo y no pares..xk es lo unico de verdad que nos hace ser valientes e intensos en fortaleza hacia la vida..contando con la enegia suficiente para seguir sobrellevando el dolor de nuestras plantas de los pies..que soportaron ..tanta desesperacion en la carrera de nuestros corazones...sigue corriendo que al final llegaras donde tu kieras...ojala crucemos nuestros pies en la misma playa...yo como siempre te seguire leyendo..y tambien seguire corriendo ...en solitario......
...bueno sola no corro me acompaña siempre mi fiel perro....¡el nunca me falla¡
Querida TLQNTC;
Yo sigo siendo fan de sus comentarios!!
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